La primera vez duele, dicen. Con la segunda, llega la euforia. La banda de rock británico The Sun & Shadow ofreció su segundo concierto el pasado 4 de marzo en The River Café de Bullas.

La sala estaba llena de curiosos ávidos por conocer la propuesta musical de estos chicos y de fans ya incondicionales pese a su corta trayectoria. Un público cada vez menos numeroso, pero cada vez más entregado (selección natural, lo llaman) que disfrutó de más de una hora de mucho ruido. Tres guitarras en escena, una batería frenética y un bajo virtuoso para interpretar a un ritmo incesante un repertorio actual con la inclusión de algún clásico no trillado.

En cuanto al estilo, básicamente The Sun & Shadow hicieron bailar al público con versiones de rock & roll. Grupos españoles como Lori Meyers o Bunbury se mezclaron con el sonido británico del resto del repertorio, marcado por la trilogía Arctic Monkeys-Last Shadow Puppets-Miles Kane y la acertada incorporación de Bowie, con In The Heat of the Morning. También se escucharon un par de canciones propias. The Summertime, con una hipnótica melodía recorriendo sus estrofas y un inicio a lo Helter Skelter y la pegadiza y poco seria Jordi Hurtado, que sirvió de excusa para la eterna presentación de los miembros del grupo.

Alguien del público manifestó tras el concierto: “Los cristales están empañados, lo que suscita que la noche ha estado muy cargada, y no de tabaco. Lo dejo en el aire, piensen, que hace falta en este país pensar mucho. Que no pensáis nada, cabrones”. En definitiva, quedan aspectos por limar, invocar a las musas si no quieren anquilosarse como una banda de versiones. Pero es que esto no ha hecho más que empezar. Decir que de aquí a mover masas enloquecidas sólo hay un paso sería tópico y desproporcionado. Simplemente, como dijo Mike Patton: “No escucho la radio, pero si lo hiciera, esto es lo que me gustaría que suene”.